En 1977 compra una casa de campo, en los aledaños de San Sebastián de los Reyes, que se había convertido en un comedor para las industrias de la zona y a la que vio gran porvenir. Remodelaría y convertiría en lo que hoy ha sido una tarea de muchos años, de empeño y tenacidad, de trabajo y pasión por la vida y la cocina. Pero eso es lo que Tomás es : perseverante, locuaz, insistente y claro “al pan, pan; y al vino, vino”.
Nada se le pone por delante y consigue llevar a cabo todos sus proyectos. Por este carácter se ha convertido en ejemplo para muchos asadores, “cual es el hombre, tal es su fortuna y nombre” y así entre sus méritos se encuentran numerosos galardones en reconocimiento a su labor. .